jueves, 28 de julio de 2016

Hermanos de personas con discapacidad ¿los olvidados?

La mayoría de las veces los familiares consideran erróneamente que los hermanos tienen más recursos para afrontar solos todas las vicisitudes que se les presentan, sin embargo, tal vez, son los que más necesitan del apoyo de todos.
Los hermanos a partir del momento del enfretamiento familiar con la discapacidad, son los menos atendidos dentro del grupo, hasta resultan postergados como consecuencia de las demandas de atención requeridas por el niño que tiene limitación, muchas veces pasa a ser atendido por otro familiar o por una persona externa a quien se contrata para ayudar a su cuidado, esto no es malo, pero los niños, no todos, van creciendo y se sienten aislados.



Los profesionales del campo de rehabilitación a veces sin saberlo, claro está, también contribuyen a este "descuido" ya que, entrenados para la asistencia del discapacitado, muchas veces, a los padres les llenan de presiones y exigencias en torno a lo que "hay que cumplir" para satisfacer las necesidades especiales de solo uno de sus hijos, el discapacitado.

Por otro lado, los hermanos quedan al margen de las visitas a los centros de rehabilitación y, cuando son convocados, es solo una función de la ayuda que pueden prestar al discapacitado desde su rol de hermano, no para hacerlo partícipe y conocedor de la rutina.


Otras veces se les carga de responsabilidades, en ocasiones se autoresponsabilizan y en otras, quizá en un intento de hacerles partícipes, les damos responsabilidades...juega con tu hermano, mira la tele, haz esto, haz aquello con tu hermano o hermana, aprende a darle el medicamento, la comida...si, quizá queremos que aprendan o que nos ¿ayuden?, pero no les preguntamos ¿qué es lo que quieren ellos?, dejemos que las cosas surjan con naturalidad y sean ellos, invitados por los adultos a participar en el cuidado de su hermano o hermana y a compartir momentos de juegos, sin imponérselo.

Es así como a los hermanos se les ofrecen muy pocas oportunidades para conocerlos, para saber qué piensan, qué sienten, qué les preocupa, cuáles son sus necesidades, cuáles son los obstáculos que enfrentan y cuáles son sus posibilidades de desarrollo personal. Y a veces, cuando nos damos cuenta de ello, y queremos enmendar el error, ha pasado ya mucho tiempo, los hermanos se cierran y les cuesta abrirse y expresar muchas veces lo que sienten, por miedo a ser tachados de malos hermanos.
Los padres, en cambio, cuentan con mayores oportunidades de ayuda y sostén por parte de distintos profesionales que asisten al niño con discapacidad.  Es frecuente que se encuentren de manera informal en salas de espera, incluso de manera formal en grupos de padres, con otros padres que están viviendo situaciones similares y, de este modo, intercambien y compartan experiencias, se apoyen mutuamente y se beneficien de ello.

El hermano suele tener menos oportunidades de contacto con profesionales y de compartir con otros hermanos o familiares que atraviesan experiencias parecidas; así queda en una situación de mayor aislamiento y desamparo.
Tenemos que entender o al menos tratar de enteder a los hermanos, sobre todo a aquéllos que están viviendo la niñez y la pubertad, por ser los más desconocidos y "olvidados".

Cada hermano es único y singular, y su respuesta a la situación está influída por múltiples factores que actúan en complejas interacciones: la forma en que la familia ha respondido ante lo que le tocó vivir, el tipo y grado de discapacidad, la edad del hermano, el orden de nacimiento, el intervalo de edad entre los hermanos, el número de hijos en la familia, etc.



No pensemos que complacerlos en todo, complarles juguetes y todo lo que pidan es lo que ellos quieren o que con eso los hacemos sentir bien o que no nos olvidamos de ellos, con esto no quiero decir que nos olvidamos de ellos, no, son ellos que tienen esa percepción, en algunos casos aunque no sea real, muchos se muestran comprensivos y fuertes, pero en realidad están preocupados por su hermano o hermana, a veces dolido y no sabe cómo reaccionar ante todo lo que sucede, otros, se aprovechan de la situación para conseguir lo que quieren aprovechando que los padres pueden pensar que "si" dedica mas tiempo al otro hermano y se sienten culpables, si, los niños pueden manipularnos fácilmente, sé que más de uno dirá "no, a mi no".....no juzguemos, es difícil ponerse en el lugar de otra persona e imaginarse lo que siente, lamentablemente para enterder muchas veces tenemos que padecer.

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