miércoles, 25 de mayo de 2016

Discapacidad y Ocio


Debemos potenciar el desarrollo del ocio como experiencia humana integral y derecho fundamental de la persona con discapacidad.
El ocio es signo de calidad de vida y bienestar.  Por lo tanto, las actividades recreativas y de ocio, permitir que los niños se diviertan, se relajen y conozcan otras personas sin discapacidades (porque por lo general están con niños en igual de condiciones), que tengan cuando sea posible alguna interacción social con las personas de su entorno, para así aumentar su experiencia.




Los niños y jóvenes con discapacidad necesitan oportunidades para disfrutar de actividades recreativas y de ocio con otros de su edad que no tienen discapacidad (a esto se le llama inclusión).

Los niños con discapacidades tienden a ser restringidos en la participación de las actividades diarias en el hogar, en ocio, en actividades formales e informales y compromisos sociales.  Sus actividades son limitadas.


La participación de estos disminuye a medida que crecen, de manera que, en la edad adulta, su participación está restringida; por lo general toman parte de una actividad pasiva en el hogar.  Los niños con discapacidad se sienten a menudo socialmente aislados.

Debemos utilizar estrategias de múltiples vías para fomentar la participación, no sólo de los niños, también familiar.

Hay que tener en cuenta que la participación en mas actividades, no es necesariamente mejor, lo importante es que tengan una intensa implicación en las actividades elegidas y que sean capaces de participar en las actividades recreativas y de ocio en el que les gustaría estar involucrados. Que disfruten!




Hay que garantizar la presencia del juego en cada día y a lo largo de la vida de los niños; ya que les ofrecen diversas oportunidades para el desarrollo de sus capacidades y habilidades, para fomentar y potenciar la creatividad, la imaginación, la comunicación, la socialización, el aprendizaje, ampliando así su capacidad de conocimiento y comprensión del mundo que lo rodea.

Por lo que es vital que los padres y la sociedad en general luchemos por ese derecho, las personas con discapacidad son titulares de los mismos derechos y deberes, entre los que se encuentra el derecho al ocio que el resto de la ciudadanía y, como tal, reclaman la plena equiparación de oportunidades y acceso a los recursos disponibles.


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